viernes, 7 de noviembre de 2014

La Cabaña (4/5)

-¿Recuerdas algo antes del accidente? –Preguntó Él.
-Accidente, ¿Qué accidente? –Le pregunte con mucho esfuerzo.
-María sé que esta no es la forma correcta de hacértelo saber pero, ustedes dos tuvieron un terrible accidente en la Curva de la Muerte, Tú recibiste la peor parte, un trozo del auto se incrusto en tu pecho a escasos centímetros de tu corazón.
-Yo no podía digerir lo que acababa de escuchar-
-Es prácticamente un milagro que aun estés viva, de hecho tu corazón se detuvo unos minutos cuando llegaste aquí. Literalmente moriste y volviste a nacer.
No podía evitar tocarme la cicatriz  y llorar al recordar aquella cabaña.
Gracias a Dios solo había sido una pesadilla.

-¿Maria? –Volvió a hablarme el Doctor.
-¿Si? –Pregunto
-¿Sabes adonde se dirigían?
-No, Esteban dijo que sería una sorpresa.
El mira un cuaderno de apuntes y por unos cuantos segundos dirige su mirada al techo.
-No se si sea prudente contarte esto, pero creo que será por un bien mayor.
-¿De que me habla? –Le pregunto.
-¿Conoces La Cabaña Encantada? –Me pregunta este hombre
-He oído de ella pero no la conozco.
-Tal vez sea relevante que usted sepa que encontramos siete cuerpos en los alrededores de esa cabaña.
-Y en que me serviría ¿Que tiene que ver conmigo?
-Contigo no. Con Esteban.
-¿Perdón? –Le Pregunto con un tono de incredulidad e insatisfacción.
-Eran siete mujeres reportadas como desaparecidas en cuatro ciudades alrededor de esta área. Estas mujeres, tuvieron una relación amorosa con tu marido, durante o antes de sus misteriosas desapariciones.

-¿Siete? Debe ser solo una casualidad –Le digo
-¿Casualidad? Mi trabajo es destrozar las casualidades, lo de su marido no es ninguna casualidad, sus cuerpos estaban enterrados en su propiedad, esa cabaña le pertenece, y el dato más fehaciente que pudimos hallar, todas las victimas dejaron una Nota de despedida a sus familiares, todas, tu incluida.
No puedo digerir lo que acabo de escuchar, Dios, siento nuevamente que la cabeza me va a explotar. Me cubro el rostro con mis manos y deseo que esta pesadilla termine.
-Tal vez aún sigo en el piso de ese horrible lugar, quizá es una alucinación o simplemente estoy totalmente loca-
-Maria mírame. Todo esta en tus manos, de tu respuesta a la siguiente pregunta dependen tanto tu inocencia como la justicia para las victimas. Dime Maria.
¿Le enviaste una carta a tu madre? Una carta donde le indicabas que pasarían este fin de semana en ese lugar y luego partirían a Roma.

-¡Un momento! ¿Cómo sabe usted todo eso? ¿Cómo se si no lo esta inventando? Es mas, ¿Quién diablos es usted? –Le pregunto totalmente furiosa.
-Entiendo que le cueste aceptar lo que le he dicho, cuando veo el perfil criminal de su esposo no puedo evitar quedar asombrado. Soy policía María, pero también tengo conocimientos en medicina y la razón por la que te pregunto todo esto es porque en cuanto se nos notificó de tu accidente nos pusimos en contacto con tu madre, ella nos habló de aquella carta, luego una cosa llevo a la otra.
Este era el tropezón que mis compañeros y yo veníamos esperando desde hace semanas.
No deseaba contarte nada de esto, pero considero que es la única forma de atrapar a este tipo y a la vez comprobar tu inocencia.
He resuelto tus dudas, ahora tú resuelve la mía.

No hay salida, todo indica que él es culpable ¿Qué puedo hacer? Este hombre expone unos argumentos muy bien estructurados o mi cabeza no da para más.
-No, no he mandado ninguna carta –Lo digo con un inmenso dolor en mi alma.
Él solo me asiente con la cabeza y de inmediato saca su comunicador; solo lo escucho decir Procedan con el arresto.

-Ha hecho lo correcto –Me dice este policía, medico o lo que fuere antes de marcharse, no sin antes prometerme que llamaría al verdadero Doctor para que viniera a verme.
De pronto al quedar totalmente sola, escucho patrullas, ese molesto sonido de las Sirenas lo oigo retumbar por todas partes, recuerdo haberla escuchado en la cabaña, recuerdo a la Muerte y a Esteban, al cual deseo ver una ultima vez antes de que se lo lleven para siempre. Me acerco a la ventana y consigo verlo esposado y escoltado por dos policías además del que me había estado hablando.
Una vez que lo han subido a la patrulla ya no me queda nada porque seguir mirando por la ventana, sin embargo tengo la sensación de que alguien allá afuera me observa, intento mirar en todas direcciones y no veo a nadie inusual, hasta que de pronto en una de las esquinas logro ver un rostro familiar.
La Niña de la cabaña, me observaba desde el lugar del semáforo, tiene esa mirada profunda que tanto me incomoda y esa rara expresión en sus labios que no logro descifrar, de pronto ha dejado de mirarme ha tomado a una señora de la mano y se ha marchado.

Ahora, ya no se nada, no se si mi vida es real, no se si mi matrimonio fue real, si lo que viví en ese lugar fue real, ¿Soy real?
Creo que necesito dormir. Dormiré hasta que este sueño haya acabado, dormiré hasta que todo vuelva a ser como antes. Simplemente dormiré.

Continuara....

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