viernes, 5 de diciembre de 2014

La Chica del Río (4)

Capitulo 4. De vuelta a casa.

Logan y Víctor caminaban en busca de K. Flash el cual se encontraba disfrutando de una deliciosa pizza, eso hasta que vio al par acercarse a él, pagó entonces su pedido y saco las llaves del auto.

-Eso fue rápido –Dijo K. Flash -¿Qué ocurrió rubiecito? Te ves… un poco…

-Golpeó al novio de la chica que fuimos a visitar –Contestó Víctor

-Ustedes definitivamente están mal de la cabeza, ¡Me encantan! –Dijo K. Flash disfrutando de la ironía del momento

-Gracias a Dios vamos de vuelta a casa –Dijo Víctor, soltando un suspiro

-Nada de eso hermano, yo debo ir a hablar con Rachel

-¿Rachel? Hombre ¿Estas bien? ¿No escuchaste lo que dijo Kori? –Preguntó Víctor

-Si, por eso debo hablar con ella

-Como quieras. Oye Flash ¿En cuánto nos aumentaras el cargo por esperarnos una vez más en el puente que nos recogiste?

-¡No!, no sé cuánto tardare, no quiero incomodarlos –Contestó Logan –Además debo hacer esto solo
Víctor temía por la salud mental de su amigo y se preguntaba que podía haber ocurrido para que él actuara de esa manera tan errática.

K. Flash los ojeaba por el retrovisor a la vez que se preparaba para tomar los mismos caminos que tomó para llegar hasta allí.

-Saben, hoy competiré. Será muy increíble, es la carrera más importante del año, si lo desean pueden venir a verme correr. Conozco unos lugares magníficos para no perderse de nada. Podría ir a recogerlos en su casa, compito a eso de las 12 o 1 am. ¿Qué dicen?

-Me encantaría estar ahí –Contestó Logan

-Igual –Contestó Víctor

-Entonces tenemos un trato –Dijo K. Flash –Ahora sujétense

Logan analizó durante todo el viaje lo que había ocurrido, todo tipo de cosas pasaron por su mente, talvez enloqueció por lo que vio en su casa, o quizá solo está soñando y aún sigue en el trabajo y todo ha sido un mal sueño de esos de los que ansías terminen pronto. Piensa en Rachel ¿Fue real? Ella lo parecía, sin embargo todo ocurrió muy rápido, en un segundo estaba queriendo saltar del puente y en otro estaba abrazando a una chica que acababa de conocer y que además lleva tres años muerta. A lo mejor fue una alucinación, pensó, tiene mucha lógica, después de todo se dio un golpe fuerte al caer pero ah, ah ,ah, la escuchó y la vio antes de caer y al despertar tenía ese libro de color rojo.

-Me enamoré de una muerta –Exclamó sin querer

K. Flash lo miró con un poco de intriga pero no se atrevió a preguntar nada.

-Logan, Hermano ¿Qué ocurrió allí? –Preguntó Víctor

-Debo bajar aquí, en la noche te contaré todo, les contaré todo, me caes bien chico raro –Dijo esto último refiriéndose a K. Flash –Y por cierto mis ojos son verdes no azules –K. Flash solo sonreía mientras decía –Es la misma vaina

Logan bajo del Taxi pero antes de marcharse miró a Víctor y le dijo –No hables con Tara, no por ahora, espera a que te cuente todo, ¿Okey? –Víctor asintió y Logan se marchó

Víctor puso su mano izquierda sobre su cara y empezó a frotar sus ojos, le pregunto a su amigo Taxista si podían esperar a Logan a un lado de la carretera y cuanto le cobraría pero ese nuevo favor. K. Flash respondió diciendo que no le cobraría más dinero del acordado y con gusto se estacionó en un lugar donde la policía no le causara problemas pero igualmente pudieran ver si Logan se marchaba.

-Quieres mucho a tu amigo, ¿eh? –Preguntó el joven Taxista

-Es como un hermano para mí y es la única familia que tengo en esta ciudad –Respondió el morenazo

-Me encantaría tener amigos así, mis amigos son unos idiotas

-Felicidades, ya tienes dos –Le contestó Víctor y K. Flash sonrió levemente

Mientras tanto Logan bajó hasta el lugar donde había caído y notó que en la arena aún estaba marcado su golpe además de unos cuantos pasos suyos seguidos de cerca por otros pasos más pequeños, él también sintió que su rodilla ya no le dolía. Miró entonces en todas las direcciones y llamó a Rachel.

-¡RACHEL! –Gritó un par de veces sin obtener respuesta, sintió entonces una delicada brisa que acariciaba su cara y supo lo que tenía que hacer.

Se sentó entonces sobra la tierra humedecida que aún conservaba la marca de su golpe y se recostó mirando fijamente al cielo. El sol le impedía mantener sus ojos abierto y de pronto alguien llego a bloquear la luz del sol. Era ella.

Logan de inmediato se sentó, tomo fuerzas y se levantó.

-Estas aquí –Dijo él

-Tal parece –Dijo ella mirándose las manos y los brazos –Si aquí estoy, pensé que no pero si–Concluyo ella

-Me alegra que volvieras, la verdad pensé que no lo harías –Ella empezó a caminar en dirección contraria a la que habían tomado la última vez. Pensó que él la seguía pero en cuanto volteo vio que Logan seguía allí inmóvil, como una estatua – ¿Vienes? –Preguntó ella

-¿Eres real? –Preguntó él

-Claro que soy real –Respondió ella –Solo que estoy…

-¡Muerta! –Respondió él

-Iba a decir, atada a este lugar y ausente del mundo pero, creo que ya no tiene cabida en nuestra conversación

Rachel miró el suelo por unos segundos y pensó en qué hacer para que Logan olvidara ese pequeño percance y una idea finalmente inundo su mente. Empezó a caminar entonces hacia donde iba y justo en la mitad volteó para verlo a él.

-Logan, ven, acompáñame, te contare todo lo que desees saber, pero por favor, acompáñame

Él se moría de ganas de abrazarla pero no podía ignorar el hecho de que no le había contado todo respecto a ella desde un principio. Finalmente cedió y fue hacia ella, Rachel lo tomó de la mano y lo llevo hacia la entrada de lo que parecía ser una cueva.

-Aquí es donde vivo, por decirlo de algún modo –Dijo ella. La entrada a la cueva estaba bloqueada aparentemente por una masa de color oscuro.

Rachel lo invitó a pasar pero Logan se mostraba desconfiado con la materia que impedía ver del otro lado. 
Ella notó que Logan no atravesaría el portal primero que ella así que lo atravesó antes que él y extendió su mano hacia afuera para que la tomara y entrara. Logan tomó su mano y aunque no quería atravesó el portal. Todos sus temores se deshicieron al ver ese lugar tan maravilloso el cual cambia de tono y forma según el estado de ánimo de Rachel, dado que ella en ese momento estaba feliz, todo se veía tan verde y vivo. Se pararon justo en la mitad de ese campo hermoso y como por arte de magia una mesa que tenía sobre ella una cena romántica apareció de pronto frente a ellos.

Cada uno tomo su asiento y se miraron frente a frente.


-¿Y bien? ¿Qué quieres saber?


Continuara....

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